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La actual iglesia de Capilla del Monte es una construcción en la que, con cierto empeño, pueden advertirse aires "templarios". Tiene forma octogonal, baldosas con dibujos de esvásticas levógiras y cruces de cuatro aletas iguales, incrustadas en las paredes, que con cierta imaginación podrían parecerse al signo que la Orden utilizaba en la Alta Edad Media.
Desde hace 12 años, el padre Donato es el párroco de esa iglesia, y descree con entusiasmo de todas las habladurías: "Soy escéptico", dice, y recuerda las visitas que los templarios le han hecho.
"La primera habrá sido hace un año, cuando me vino a ver un grupo de personas. Llevaban sus uniformes templarios con enormes cruces rojas, sus banderas y sus pancartas. Habían comprado un terreno en el pueblo y me llevaron para que lo bendijera. Me pareció gente muy estructurada y muy rara".
La segunda visita que recibió el cura fue hace dos meses, cuando dos hombres llegaron hasta su iglesia. "Si no se fueran a ofender, diría que parecían dos ricos venidos a menos", dice. Le hablaron de los templarios, se sorprendieron cuando les comentó que otros ya habían estado por allí, y antes de irse uno de ellos le dejó una tarjeta donde decía: "Mario Rubén Macchiavello. Embajador para la Paz. Federación Interreligiosa e Internacional para la Paz Mundial".
La Federación es uno de los sellos colaterales de la secta Moon, y fue fundada por el reverendo del mismo apellido a principios de 1999. Su capítulo argentino se inauguró en Buenos Aires el 11 de diciembre del año pasado, durante una fiesta en el Sheraton que presidió la esposa de Moon, Hak Ja Han, y donde en la primera fila estaba sentado el ingeniero Juan Carlos Blumberg, quien había sido designado como Embajador para la Paz.
Entre los asistentes estaba Pedro Romaniuk, uno de los más conocidos "cazadores de ovnis" y frecuentador del Uritorco, y el animador de la velada era Ismael Rossi, conductor de los festivales de Cosquín y Jesús María y también "embajador" de la Federación Moonie.
Capilla del Monte, ahora, se despereza de sus últimas siestas de pretemporada, y entre templarios, contactistas, new age, budistas y adoradores del Bastón, muchos esperan a ver si algún ovni o algún grial les ayuda a salvar el verano.
El padre Donato, un cura curado de espanto, se lo toma con humor: "Cuando me preguntan: ‘¿Qué tal es tu parroquia?’, yo les digo: ‘Atípica, es una parroquia atípica...’".
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