Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
El blog de JULIO

Blog de Difusion de La Obra Profetica de Benjamin Solari Parravicini y Otros Profetas

El Profeta Argentino . Por Victoria Solari Parravicini

Publicado en 21 Diciembre 2011 por EL BLOG DE JULIO (La Biblia y B.S.Parravicini) in datos generales de interes

EL PROFETA ARGENTINO

 

Solari Parravicini, Victoria

 

 

Introducción

Dentro de las pautas fijadas para mi trabajo, traté de encontrar

algún personaje familiar, que me brindara la posibilidad,

de descubrir e investigar por mí misma, acerca de su vida.

Se trata de un tío muy querido por mi abuelo, al que muchísimas

veces escuché relatar historias sobre él. Siempre se

refería a las historias de “Pelón”, las cuales eran tomadas por

todo nuestro entorno familiar como fantasiosas o disparatadas,

y las que para casi nadie resultaban creíbles. Más bien,

siempre pensé –por las reacciones de mi familia– que eran

tomadas como graciosas.

Sin embargo, a medida que se han ido sucediendo hechos

que han tomado notoriedad y cuando comencé a ver mencionado

su apellido, que es el mío, en diversos medios, me

pareció interesante tratar de relatar algo de su vida ya que en

cierta medida y en ciertas circunstancias me siento integrante

de la familia de un ser especial, dotado innegablemente de

virtudes proféticas o telepáticas, que en algunos casos han

sido compartidas por otros miembros de la familia.

La escritura automática (o psicografías) es el proceso o resultado

de la escritura que no proviene de los pensamientos

conscientes de quien lo escribe, sino que es una manera de

liberar al subconsciente. Se trata de ubicar el lápiz sobre el

papel y dejar que fluyan los pensamientos, sin ninguna restricción

moral ni social. Su objetivo es vencer la frontera del

inconsciente, escapando a la voluntad consciente del autor.

Investigación exploratoria

Testimonio de Emilio Solari Parravicini (sobrino de Benjamín,

mi abuelo):

“Benjamín fue tío hermano de mi padre, para todos conocido

con el sobrenombre de Pelón. Era el mayor de ocho hermanos:

cuatro mujeres y cuatro varones. Entre ellos, tenían una

relación muy amena y cariñosa. Cada uno de ellos tocaba de

oído un instrumento, desde el arpa hasta el acordeón y la

guitarra. Las fiestas que se celebraban en la casa familiar de

mi abuela eran muy divertidas e interminables.

Benjamín venía por lo general una vez por semana a cenar

a casa porque era muy unido con mi padre y se llevaba muy

bien con mi madre. Recuerdo las sobremesas, en donde contaban

un montón de anécdotas de su juventud y Benjamín

contaba sus predicciones, como la de muerte de Alfonsina

Storni, entre otras.

Algunas veces se transformaba y nos decía algunas de sus

predicciones, que para nosotros era todo muy normal para

ese entonces. Un ejemplo de las predicciones que nos contaba:

yo tenía que rendir libre Anatomía, y como me habían

expulsado del colegio, me tocó por sorteo rendir en el Normal

de profesores Mariano Acosta, colegio muy bravo. La noche

anterior a mi examen comí con él, y como yo era bastante

vago, en realidad no había estudiado mucho. Le conté que

estaba preocupado y me dijo: quedate tranquilo que te vas a

sacar un 9 porque yo voy a estar a tu lado. El día del examen

me pusieron un esqueleto frente a mí y me empezaron a preguntar

los nombre de todos los huesos, no me equivoqué en

ninguno dado que sentía que me los dictaban. Finalmente,

me pusieron un 9”.

Relato escrito

Benjamín Solari Parravicini –mayor de ocho hermanos– nació

en la ciudad de Buenos Aires el 8 de Agosto de 1898. Era un

artista plástico de renombre internacional, que sin embargo

debió su justa fama a sus psicografías premonitorias.

 

En su estudio, donde dibujaba, comenzó a recibir de una extraña

manera, ideas que él proyectaba sobre el papel y que

atribuía a la espontaneidad de la creación artística. Cuál sería

su sorpresa al comprobar que las ideas que había bosquejado

eran proféticas, ya que con el paso del tiempo se cumplían.

No pasado mucho tiempo y ante la sorpresa de nuestros familiares

y amigos, comenzó a acumular una serie de dibujos

que contenían profecías sobre el futuro del mundo y de Argentina

en particular. Al principio descartó estas premoniciones

y tiró muchos de sus dibujos.

Su familia vivía en una inmensa casona colonial que había

sido heredada por la madre de Benjamín en 1918. La mansión

se encontraba en un terreno de siete hectáreas en la

zona de Olivos (al norte de Buenos Aires), edificada sobre una

barranca cuyos terrenos descendían hacia las playas, que en

ese entonces existían. Al poco tiempo de habitarla, empezaron

a notar cosas muy extrañas. La casona tenía en la planta

baja veinte grandes ventanales protegidos con rejas de estilo

colonial, y por la noche se sentían ruidos como si alguien las

golpeara con palos. Inmediatamente se estrellaban decenas

de piedras contra las paredes exteriores, y algunas entraban

por las ventanas. Al principio la familia se espantó por la situación,

especialmente porque no encontraban el origen de

las pedradas, y porque los numerosos perros de la casa se

mostraban indiferentes a los ataques. Denunciaron la situación

a la policía, que nada pudo hacer, pero como esto se

repitió noche a noche sin que las piedras tocaran nunca a los

habitantes de la casona, terminaron por acostumbrarse. En

los días siguientes se agregó a todo esto, el sonido que producía

supuestamente una persona intentando forzar la puerta

principal cerca de las dos de la mañana, y al mismo tiempo se

percibían ronquidos provenientes de una de las torres de la

casa, suponiendo entonces que alguien la habitaba. Aunque

parezca extraño, la familia tomó esto como algo gracioso que

incluso motivaba reuniones con amigos que querían ser testigos

de la situación, la que se extendió por 27 años.

Aunque Benjamín era un bohemio y llevaba una vida mundana,

estas experiencias poco comunes chocaban no solamente

con su medio social y sus significantes, sino fundamentalmente

con su formación religiosa y su estructura

ideológica. Por tanto, como modo de autodefensa, quizás el

mismo miedo a la locura a la que aludía su padre, Benjamín se

aferró al catolicismo, a la lectura bíblica, a los pensamientos

ideológicos de la oligarquía argentina de entonces, creyendo

que esto le garantizaba de alguna manera, la no pérdida de su

origen, su sentido de pertenencia, su correspondencia con

cierta postura social, quizás como su único “cable a tierra”.

Benjamín –o Pelón, como le decía la familia– era protagonista

de extrañas situaciones, como por ejemplo “adivinar” la

ubicación de cosas o personas desaparecidas, pero fue en la

década del ‘30 cuando comenzó a mostrar su verdadera habilidad.

Una noche de 1938 despertó tembloroso, percibiendo

un fuerte aroma a mar y algas en su habitación, al tiempo que

oía una delicada voz femenina. Comenzó a escribir lo que esa

voz le decía: que se estaba separando de la vida, que veía

imágenes hermosas, y que “las algas le envolvían las manos

como joyas muertas”. Por fin, la mujer se identificó, y Pelón

escribió un nombre, un lugar y una fecha: “Alfonsina Storni,

Mar del Plata, Octubre de 1938”. En ese mismo momento, la

maravillosa poetisa se suicidaba a casi 450 Km. de allí, internándose

en el mar.

 

Pero su virtudes proféticas, ya se había manifestado desde

1936. Sus manos, sin ningún control de su parte, dibujaban

y escribían cosas que con los años llegarían a tener un sentido

desconocido para él: había empezado a recibir sus primeras

psicografías. Una noche de ese mismo año, mientras se

encontraba en su habitación escribiendo cuentos y poemas

como era su costumbre, vio con sorpresa cómo una pesada

lámpara de bronce se levantaba en el aire y se estrellaba

contra una pared. Tomó la lámpara retorcida, y se dirigió a

la habitación de su hermano Justino, quien no le dio mayor

importancia al hecho y le dijo que fuera a descansar (recordemos

que vivían en una casa donde volaban piedras sin explicación).

Pero Pelón volvió a su cuarto, y ya no pudo dormirse.

Sintió una poderosa sensación en su mano, una necesidad de

tomar un lápiz y comenzar a trazar extraños mensajes en el

papel. Su primer dibujo mostraba a Mussolini muerto, colgado

de los pies, tal cual sería expuesto en las calles de Milán

en 1945 junto a su amante Clara Petacci. Debemos tener en

cuenta que el dibujo fue realizado en 1936, en pleno auge del

dirigente italiano, y nueve años antes de su muerte.

Profundo católico, al principio no le dio mayor importancia

a estos mensajes e incluso quemó varios de ellos, pero ya

no pudo detenerse. Realizó más de 700 psicografías, compuestas

por un dibujo, acompañado de un pequeño mensaje

a modo de explicación, y la mayoría de ellas se destacan por

su gran exactitud abarcando todos los temas.

Las profecías en forma de dibujos con párrafos conforman

tres libros de los cuales no puede dejar de tenerse en cuenta

las psicografías del libro El testamento profético de Benjamín

Solari Parravicini, que abarca el final de finales y el comienzo

de la nueva era.

Entre los años 1971 y 1972, poco antes de su muerte, Benjamín

volvió a dibujar centenares de psicografías, fundamentalmente

explicando cómo llegaría y sería el final de los finales

para gran parte del mundo. Como será la nueva era, los extraterrestres,

las comunicaciones y fundamentalmente desarrollando

lo que sería el rol de la informática y su influencia en el

cambio de las relaciones entre los seres humanos.

Se deben tener en cuenta ciertas cuestiones. Por ejemplo,

hoy en día todavía no se han podido descifrar o interpretar

ciertas siglas o palabras que Parravicini hace referencia en

varios de sus escritos, como así tampoco las fechas (“66” a

veces hace referencia al 666, y no a la fecha “1966”). Habla

de una nueva era de paz que comenzaría a principios del siglo

XXI, y cantidades de veces habla del año 2002, como una

nueva y feliz etapa para el mundo y anticipa la venida de Cristo

también para esa fecha. Claro está, que en el año 2002 no

sucedió tal cosa, y por ello vemos que no todos sus escritos

se han cumplido a la perfección. De todas formas, es innegable

al estudiar la totalidad de sus psicografías, que Benjamín,

realiza una clara y quizá acertada distinción de varias etapas

por las cuales está atravesando y atravesará el mundo, y que

no se deben de tener en cuenta las fechas al pie de la letra,

pero si lo sucesos históricos.

Conclusión

Creo realmente que fue un personaje excepcional, que intentó

mediante sus grafismos, transmitir a cada uno de nosotros

un mensaje único y extraordinario, bien intencionado, dirigido

a que la humanidad encuentre su rumbo, volviendo a las fuentes

de la vida moral.

 

http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_libro=326&id_articulo=7060

Comentar este post