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Hoy, seis años más tarde de su primera visita al Uritorco, la Asociación usa el nombre de Priorato General de Argentina de la Orden Soberana y Militar del Temple de Jerusalén.
Desde hace un tiempo, cuando tras el boom de El código Da Vinci el Priorato de Sion tomó un indeseado estado público, su capítulo argentino también decidió empezar a mostrarse un poco.
Por lo pronto, vienen organizando congresos nacionales a los que llaman "encuentros templarios" en Buenos Aires, Chubut, Mendoza y La Pampa, y el segundo de ellos, el año pasado, fue declarado de interés turístico por la Secretaría de Turismo de la Nación. También dictan cursos de "formación básica templaria", y tienen una página en Internet que entre noviembre de 2005 y agosto de este año ha recogido 80 solicitudes de ingreso.
El blanqueo también incluye contactos con grupos similares, y el último de ellos fue un "concilio" celebrado en la quinta Nazareth de San Miguel, en las afueras de Buenos Aires, al que asistieron miembros provenientes de Italia, España, Colombia, Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile.
El 11 de noviembre del año pasado, en vísperas de ese encuentro, los asistentes fueron agasajados con una cena en el Círculo Militar, donde una bodega argentina ofreció sus vinos con etiquetas ad hoc: una cruz templaria roja sobre fondo blanco. Entre los asistentes a la comida estaba la tesorera del grupo, "sor" Pilar Berenguer, quien en 2004 había participado del Congreso de Astrología en el Uritorco con una ponencia titulada "La carta astrológica de E. Bachs".
Otro de los participantes era el también astrólogo "fr+" Víctor Bassino, de Trelew, quien dirige el Centro de Estudios Pendragón y la Asociación Cultural Kirlios. Bassino adhiere a la agrupación peronista Cuarta Bandera, a la que también suscribe el coronel retirado Emilio Nani, un veterano de la guerra sucia en Tucumán que devolvió sus condecoraciones al ser liberados los presos de La Tablada.
El combate interno. La declaración de principios del grupo establece que "el Priorato General de Argentina de la Orden Soberana y Militar del Temple de Jerusalén, atendiendo a la gravísima situación por la que atraviesa la Argentina e invocando el sostén de la Divina Providencia, quiere manifestar el designio de dar curso a su acción reparadora (...). Es la tierra sagrada de los argentinos la que al presente reclama la ardua reconquista que la ampare bajo los principios de una civilización auténticamente cristiana...".
En principio, la acción reparadora que proponen los templarios parece requerir de entrenamiento, y los "concilios" y las reuniones en la quinta Nazareth convocan a hermanos de oficios, sargentos y novicios, que hacen terapias y trabajos sobre el "combate interno" de cada uno.
Las terapias están coordinadas por Carlos Menegazzo, un psiquiatra junguiano, fundador de la Sociedad Argentina de Psicodrama y presidente de la Fundación Vínculo. Menegazzo, quien ejerció como senescal en la orden y actualmente es su maestre, es uno de los más entusiastas expedicionarios del grupo que viene con regularidad a Córdoba.
Una de las hazañas del psiquiatra que cuentan los miembros de la cofradía, es que se atrevió a ingresar, con "Pancho" Lobo, a una "cueva de salamanca" de la ladera norte del Uritorco, por el camino a Ongamira, donde los lugareños más supersticiosos no se atreven.
En la cueva, según los reportes de la organización, también se hallaron signos templarios, cruces, papeles y otros íconos que difícilmente podrían atribuirse a los comechingones originarios.
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